Alcanza tu Meta!


EL PODER DE LAS METAS.

Todos necesitamos tener razones para vivir y cosas por qué luchar. Estas razones son nuestras metas y ambiciones, lo que deseamos lograr y lo que da a nuestra vida un sentido, un propósito y un significado.

Y nada más cierto que esto. ¿No se han puesto a pensar en tantas personas que tras jubilarse llegada cierta edad, pierden la salud y mueren al poco tiempo, o por qué tantos ricos y famosos terminan en las drogas o el alcohol, teniéndolo todo? En el primer caso, las personas que dejan de sentirse útiles o de estar activos en sus ocupaciones, empiezan a sentir que su vida ya no tiene significado, que ya no son necesarias y que son viejas o un estorbo para otros. En el segundo caso, quienes lo tienen todo, ya no tienen ningún propósito que alcanzar o alguna meta que lograr en la vida porque todo lo tienen o lo pueden conseguir con dinero, sin hacer ningún tipo de esfuerzo.

Mientras estemos vivos, nuestra vida no puede dejar de tener propósito, pues precisamente el sentido de la vida viene dado por las metas. Con las metas sabemos hacia dónde vamos y nos permiten concentrarnos en el propósito de alcanzarlas, para luego ponernos otras nuevas. "Las metas hacen que la mente se centre en el placer, mientras que la ausencia de metas hace que la vida se enfoque en evitar el dolor. Las metas pueden incluso hacer más soportable el dolor", cita el libro "Los 10 secretos de la abundante felicidad". Cuando sabemos que al final de los tiempos difíciles algo bueno nos espera, tenemos una motivación que hace que esos tiempos sean más soportables y eso nos alienta a sobrevivir y a luchar con entusiasmo.

Las metas son la base de nuestra felicidad, nos llenan de entusiasmo, nos hacen levantarnos esperanzados y con alegría cada mañana, nos permiten sonreír en tiempos difíciles y hacen que el estrés y las tensiones desaparezcan.

En el libro, uno de los personajes hace alusión de una técnica llamada "técnica de la mecedora", que consiste en imaginarnos que llegamos al final de nuestra vida y que estamos sentados en una mecedora preguntándonos cómo vivimos esa vida y qué logros conseguimos: ¿Qué te gustaría recordar?, ¿qué cosas te gustaría haber hecho?, ¿qué lugares quisieras haber visitado?, ¿qué tipo de relaciones te gustaría haber tenido?, ¿qué tipo de persona te hubiera gustado llegar a ser?
Esta técnica puede ayudarnos a trazarnos metas a largo plazo y luego podemos hacer lo mismo con metas a mediano y corto plazo.

Es aconsejable que escribamos nuestras metas y las leamos todas las mañanas para recordarnos que tenemos muchas razones para vivir ese nuevo día con entusiasmo. Sin embargo, las metas se pueden ir modificando a medida que evolucionamos en nuestra vida. Por ello, la técnica de la mecedora debe repetirse con cierta frecuencia, al menos una vez al año. Esto me recuerda cuando cada diciembre, el día del Espíritu de la Navidad, muchos acostumbran escribir peticiones, compromisos y deseos para el próximo año en un papel, y cada año puede que estos varíen.

Resumiendo:

- Las metas dan a nuestra vida un propósito y un significado. Teniendo metas nos dedicamos a lograr el placer más que a evitar el dolor

- Las metas nos dan un motivo para salir de la cama cada mañana y hacen que las épocas difíciles sean más llevaderas, y que los momentos buenos sean aún mejores

- Practicar la técnica de la mecedora puede ayudarnos a definir metas a corto y largo plazo. Recuerda repetirla cada año para asegurarte de que tus metas y compromisos siguen estando vigentes y son lo que tú realmente quieres

- Escribe tus metas, léelas por la mañana y por la noche.

Fuente de :

ENERGÍA DE LA BUENA
Por Ileana Magual Mandé

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