Alcanza el poder de la comunicación!


El PODER DE LAS RELACIONES, es el noveno y penúltimo secreto de la abundante felicidad.

Como seres humanos somos gregarios y criaturas sociales, esto quiere decir que no somos islas y que necesitamos relacionarnos con otros. Si la vida fue hecha para compartirla y celebrarla, sin relaciones estaría vacía y carecería de sentido. Sería como estar en una fiesta donde no hay más nadie sino tú. Nada divertido, ¿no?

Necesitamos hablar, comunicarnos, pertenecer, sentirnos queridos y necesarios. Todos nos necesitamos los unos a los otros porque la vida fue hecha para compartirla y la calidad de vida que logremos a lo largo de nuestra existencia será directamente proporcional a la calidad de las relaciones que edifiquemos. Si tuviéramos que hacer todo solos, ¿qué motivación y placer podríamos encontrar en ello? La felicidad surge primeramente de la relación con nosotros mismos, pero luego de la amistad, el cariño y el amor, producto de nuestras relaciones con los demás. Las experiencias se tornan aún mejores cuando las compartimos con otros a quienes apreciamos, mientras que los momentos difíciles se hacen más llevaderos y menos duros cuando son compartidos, porque contamos con el apoyo de familiares, amigos y seres queridos.

¿No te sientes mucho mejor y más aliviado cuando tienes un problema y se lo cuentas a alguien? Así sea sólo por el hecho de que nos escuchen, aun si no nos dan algún tipo de ayuda tangible, poder comunicarnos nos hace sentir mucho mejor y sobre todo que no estamos solos en la adversidad. Pero si nos guardamos los problemas tendemos a sentir más ansiedad, preocupación, temor y hasta depresión, ya que seguramente veremos las cosas más grandes y horribles de lo que en realidad son, pues no tenemos otros puntos de vista, perspectivas o maneras de ver la situación, sólo nuestra propia y tal vez magnificada referencia, que lo único que hace es abrumarnos y paralizarnos. "Dos cabezas piensan mejor que una", dicen por ahí, y nada más cierto, pues el simple hecho de compartir un problema, hace que la carga se reduzca a la mitad. Lord Byron dijo: "Todo lo que trae alegría debe compartirse, la felicidad nació gemela". Y es que las alegrías compartidas son doblemente alegres, mientras que las penas compartidas se reducen a la mitad.

Aunque no todos somos tan sociables y extrovertidos, y a unos nos cuesta más que a otros relacionarse con los demás, debemos aprender a romper esas barreras para que la vida no nos sea tan difícil. Si encuentras complicado relacionarte con los demás, la vida será también compleja. El principio y la base de toda relación es aceptar a los demás como son, sin centrarnos nada más que en sus defectos, pues todos los tenemos, sino más bien enfocándonos en sus virtudes y cualidades positivas. Esto incluye el hecho de estar dispuestos a perdonar cuando los demás cometan errores, de la misma forma en que nos gustaría ser perdonados cuando el error es nuestro. Y volviendo al perdón, perdonar es esencial para ser feliz pues sin el perdón terminaríamos solos y amargados.

Cuando valoramos nuestras relaciones, tratamos mejor a los demás y en la medida en que demos un buen trato a otros, también recibiremos buen trato. Y aunque en toda relación surgen dificultades, problemas y desacuerdos, hay una técnica muy útil que aparece en el libro "Los 10 secretos de la abundante felicidad" que quiero compartir con ustedes. Se trata simplemente de intentar tratar a los demás como si hoy fuera la última vez que los vamos a ver. Expresemos a nuestros familiares y amigos cuánto los apreciamos todos los días, como si fuera el último, y si hubiese alguna cosa que arreglar, un malentendido, una disputa pendiente, no lo dejemos para mañana, hablemos, perdonemos y sigamos adelante con el mismo trato y cariño.

Resumiendo:

- La calidad de nuestra vida es proporcional a la calidad de nuestras relaciones. Nadie es una isla, todos necesitamos relacionarnos con los demás

- Las buenas relaciones hacen que los buenos tiempos sean mejores y que los malos sean menos difíciles. Toda alegría compartida de multiplica por dos, mientras que los problemas compartidos se reducen a la mitad

- Trata a todas las personas que te encuentres como si fuera la última ves que las vas a ver
Fuente de:
Blog ENERGÍA DE LA BUENA
Por Ileana Magual Mandé

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